'Matilda', un ejército de 61 niños invade la escena madrileña
Llega a España uno de los musicales más premiados de los últimos años, basado en la obra de Roald Dahl
David Serrano es el director de la producción española, para la que los niños se han preparado año y medio
David Serrano no ha hecho ningún caso de la advertencia de Alfred Hitchcock: «Nunca trabajes ni con niños, ni con animales, ni con Charles Laughton». Con el orondo actor británico no ha tenido, por edad, la ocasión de trabajar, pero sí lo ha hecho con animales -«en 'Días de cine' teníamos un cerdo», recuerda- y con niños. Ya lo hizo cuando dirigió 'Billy Elliot' y ahora ha repetido experiencia en el musical 'Matilda', que acaba de estrenarse en Madrid bajo su dirección. Y no ha tenido a sus órdenes un grupito, no... Ha trabajado nada menos que con 61 niños. Está agotado -los ensayos se han unido a la promoción de su película 'Voy a pasármelo bien'- pero satisfecho y feliz. «Los niños, obviamente, te llevan mucho trabajo, pero son maravillosos. Han pasado un casting muy exhaustivo; para elegir a estos 60 hemos visto más de 600, con lo cual los elegidos son muy talentosos y tienen una cabeza ya bastante amueblada como para afrontar una formación de este tipo. Hemos estado trabajando y preparándolos durante año y medio. Son unos chavales increíbles. A veces hay que ponerse serio con ellos e imponer disciplina, pero yo afronto los ensayos siempre desde el juego y desde el humor. No están maleados, además. Es más complicado trabajar con adolescentes a partir de 16 o 17 años, pero con estos niños... No tienen además ningún tipo de miedo a enfrentarse a lo que se les propone, a probar; no ponen en tela de juicio tus propuestas. Es muy gratificante trabajar con ellos». Con todo, David Serrano dice que con 'Matilda' cierra una etapa después de dirigir 'Billy Elliot' y 'Grease', dos montajes donde niños y adolescentes eran los protagonistas.
Es el número de niños que intervienen en el musical para interpretar diez papeles. A la protagonista la encarnan siete niñas distintas (la legislación no permitía, hasta hace dos meses, que los menores de 16 años hicieran más de dos funciones a la semana)
'Matilda' cuenta con libreto de Dennis Kelly, basado en la novela de Roald Dahl, y música y letras de Tim Minchin; se estrenó el 9 de diciembre de 2010 en el Courtyard Theatre de Stratford, sede de la Royal Shakespeare Company -productora del espectáculo original-. Un año después llegaba al West End; el 24 de noviembre de 2011 se estrenó en el Cambridge Theatre londinense, donde once años después sigue en cartel. La producción madrileña -que no es una réplica de la británica- es la primera en español del musical, que han visto más de diez millones de espectadores en todo el mundo. Acompañan a David Serrano en el equipo creativo Gaby Goldman (director musical), Toni Espinosa (coreografía), Juan Gómez Cornejo y Carlos Torrijos (iluminación), Ricardo Sánchez Cuerda (escenografía), Chema Noci (caracterización) y Gastón Briski (sonido). El propio director ha adaptado el libreto y, junto a su hermano Alejandro, las letras de las canciones.
niñas han interpretado el papel de Matilda a lo largo de los doce años que lleva en cartel la producción original de Londres
La empresa productora del espectáculo, SOM Produce, creó una escuela cuando decidió montar 'Billy Elliot', hace unos años, con el fin de preparar a los niños y adolescentes que intervenían en el musical. En 'Matilda', el protagonismo de los niños es mucho mayor que en aquel título, y la formación se antoja más importante todavía. «No se hubiera podido hacer de otro modo -reflexiona David Serrano-. Este musical es más complicado que 'Billy Elliot', donde solo nos teníamos que centrar en los intérpretes de Billy y Michael; las niñas de la clase de ballet hacían muy poquito: tres coreografías muy sencillas -excepto el número de 'Solidaridad'- y una parte vocal e interpretativa nada complicada. Aquí, las seis niñas y los dos niños que salen hacen cosas muy complicadas, tanto musical como coreográfica e interpretativamente».
intérpretes y 16 músicos componen el elenco de la producción española, cuya escenografía incluye más de 300 libros gigantes
David Serrano advierte. «'Matilda' no es un musical infantil. En absoluto». Gusta mucho a los niños, pero también a los adultos, matiza. «De hecho, me parece muchísimo más infantil 'El rey león', por ejemplo, en cuanto a tono y en cuanto a cómo está contado. Éste es un musical bastante más disfrutable por los adultos también. Los niños se lo pasan pipa, pero no es infantil. También los adultos se lo pasan pipa; 'Matilda' es un musical que van a disfrutar mucho los niños, pero no sé si lo van a disfrutar más los padres que vengan a verlo... Y si viene una persona de 30 o 35 años a verlo se lo va a pasar estupendamente también».
Y es que, dice el director, 'Matilda' tiene muchas capas. «No solo es comedia; tiene emoción, tiene una parte oscura muy interesante, y luego tiene cuatro cuentos, los que va contando Matilda en cuatro partes a lo largo de la función, que son una maravilla. Es un musical que al director le permite investigar en muchas parcelas y en muchos sitios, porque hay que escenificar esos cuentos. Hemos metido una parte de magia también. Creo que para la empresa y para el grupo creativo éste ha sido el reto más ambicioso que nos hemos planteado porque tiene muchas cosas dentro».
Muchos de los grandes musicales de origen anglosajón -Nueva York y Londres- que llegan a España lo hacen franquiciados; es decir, son producciones idénticas, en las que hay que reproducir hasta el más pequeño detalle de la escenografía, e incluso de la dirección de escena. Son los propios creadores originales los que hacen y supervisan el montaje. 'Matilda' no es una franquicia, pero reconoce David Serrano que hay similitudes. «Hemos respetado algunas cosas; no podíamos dejar de hacerlo. Los columpios -parte fundamental del número estrella del montaje, 'Si eres mayor' ('When I Grow Up')- tenían que estar. Son imbatibles, no se pueden mejorar, igual que los patinetes del final. Se ha respetado que a la señorita Trunchbull la interprete un hombre (que es un acierto absoluto) y, claro, el espíritu. Evidentemente, no ha cambiado el tono de la función, muy complicado, porque unos personajes están en un código y otros personajes en otro muy distinto».
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